viernes, 11 de octubre de 2019

DÍA INTERNACIONAL DE LOS CUIDADOS PALIATIVOS

A Manuel Priego, compañero y amigo, que lleva tantos años aliviando a sus pacientes. 

Cuidar es la vocación original de los que se dedican a la atención al enfermo: la Medicina desde sus remotos orígenes, y la Enfermería desde sus orígenes más recientes –Florence Nightingale, precursora de la Enfermería moderna, redujo la mortalidad de los heridos en la Guerra de Crimea del 42 a 2% sin apenas otros instrumentos que las medidas higiénicas- han tenido como objetivo precisamente eso: proporcionar los cuidados necesarios al enfermo. Cuidados que eran principalmente paliativos: las enfermedades evolucionaban según su historia natural, y no estaba al alcance la curación del enfermo. Pero se le cuidaba, se atendía a sus necesidades y su bienestar, se le acompañaba, y, llegado el momento, se le ayudaba en el último trance.

Todo esto cambió en el siglo XX, cuando la Medicina recogió los frutos del esfuerzo por conocer las causas, los mecanismos y las curas de las enfermedades. Con el avance técnico y el aumento de la esperanza de vida, con la posibilidad de la cura, fue cayendo en el olvido –y en el desprecio- el cuidado paliativo. Y, así, llegamos a olvidar que el origen de todos nuestros conocimientos fue precisamente la ayuda, el consuelo y el acompañamiento de los enfermos y moribundos. Todavía hoy, el nombre de nuestros Hospitales nos trae resonancias de “hospitalidad”, de la cercanía y el sentimiento cálido que unen al visitante y al anfitrión, ambos con-fundidos, “solidarizados”, en la entrada “huésped” del Diccionario Académico.

La OMS, recordando estos antecedentes, promueve, desde hace ya algunos años, los Cuidados Paliativos como parte de su programa de control de cáncer, y los define como el “cuidado activo e integral de pacientes cuya enfermedad no responde a tratamientos curativos”, fundamentado en “el alivio del dolor y otros síntomas acompañantes, y la consideración de los problemas psicológicos, sociales y espirituales”, con el objetivo de “alcanzar la máxima calidad de vida posible para el paciente y su familia”.

En el último Congreso Mundial de Cuidados Paliativos, celebrado en mayo en Berlín, se ha presentado el “Atlas de Cuidados paliativos”, que debe hacernos reflexionar: en Europa, 4,5 millones de personas necesitan cuidados paliativos, y la cosa no va a mejorar. Según la OMS, para 2060 estas cifras habrán aumentado un 30% como consecuencia del envejecimiento de la población y del aumento de enfermedades no transmisibles.

La implantación de estas unidades está mejorando poco a poco en Europa, pero España se ha estancado: no ha habido grandes progresos en el número de servicios, pero las Unidades de Cuidados Paliativos son cada día más conocidas por la población, y la creciente demanda sobrepasa a las Unidades que ya existen, que son pocas: 0,6 por 100.000 habitantes, frente a los 2 por 100.000 recomendados.

Celebramos este 12 de octubre, además de otras conmemoraciones más conocidas y populares, el Día Internacional de los Cuidados Paliativos, algo que a todos nos conviene promover: según la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, 80.000 personas mueren cada año en España sin acceso a servicios de cuidados paliativos, con un sufrimiento real, concreto, innecesario y evitable
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