La Asociación de Abogados Católicos ha
denunciado ante la Fiscalía a la ministra de sanidad por haber negado que
exista un “síndrome post-aborto”, algo que les parece inadmisible en una
persona con formación médica, como es la denunciada.
Eso mismo debería hacernos recapacitar sobre lo
acertado de la expresión “síndrome post-aborto”. Lo primero que hay que decir
es que, en Medicina, se llama síndrome al conjunto de síntomas que aparecen
unidos y caracterizan a una enfermedad. En el caso del aborto, las secuelas, de
diversa especie, no constituyen un conjunto definido ni aparecen siempre
unidas, por lo que, en rigor, no se puede hablar de “síndrome post-aborto”, que
es lo que dice nuestra ministra.
Pero es una forma de reserva mental, una forma de
jugar al escondite. Porque nadie puede negar la existencia de secuelas
derivadas del aborto provocado sin exponerse al bochorno. La propaganda
pro-abortista continuamente proclama que el aborto legal es médicamente
"seguro", y que es necesario legalizarlo o despenalizarlo debido a la
gran cantidad de muertes maternas causadas por el aborto ilegal. Pero la
realidad es que el aborto provocado, legal o ilegal, daña física y
psicológicamente a la mujer, y puede acarrearle la muerte. Es verdad que
algunas publicaciones niegan la aparición de estas secuelas, pero los trabajos
que tienen muestras más amplias, y que siguen el historial de esas mujeres
durante más tiempo, todos ellos coinciden en que las secuelas que sufren las
mujeres tras el aborto son objetivas y múltiples.
Entre las secuelas físicas del aborto en
la mujer están las infecciones, las hemorragias, las complicaciones debido a la
anestesia, las embolias pulmonares o del líquido amniótico, así como las
perforaciones, laceraciones o desgarros del útero. Estadísticamente hablando,
se estima que el riesgo inmediato de dichas complicaciones es de un 10%, pero
el de las complicaciones a largo plazo es entre el 20 y el 50%.
Más insidiosas son las secuelas psicológicas,
que incluyen sentimientos de culpa, angustia, ansiedad, depresión, baja
autoestima, insomnio, diversos tipos de neurosis y de psicosis, tendencia al
suicidio, pesadillas en las que aparecen los restos del bebé abortado,
recuerdos dolorosos en la fecha en que hubiera nacido, etc. La Real Academia de
Obstetricia de Inglaterra ha informado de que las probabilidades de problemas
psiquiátricos graves y permanentes después de un aborto provocado pueden
alcanzar hasta el 59% de las madres en un largo plazo.
Cada año, más de un millón y medio de mujeres
se practican abortos. Eso significa que más de 4.000 niños aún no nacidos son
matados legalmente cada día. Para muchas, el aborto parece ser la decisión
correcta en el momento. Pero a estas mujeres casi nunca se les cuenta los
posibles efectos físicos y psicológicos que pueden arrastrar como secuela para
el resto de sus vidas.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
- - - -
"El médico me dijo que sólo había que
inyectar un poco de líquido, que sentiría unos y que después expulsaría el
feto. No fue así. Sentí a mi niña moverse de aquí para allá durante hora y
media, el tiempo en que tardó en fallecer. Tuve un parto difícil durante más de
12 horas y yo misma di a luz a mi hija. Era hermosa, tenía cinco meses y
medio... pero estaba muerta".
"Mi médico no me contó que podría tener
una abundante hemorragia y una infección que me podría durar semanas, como así
fue. Tampoco me dijo nada sobre la posibilidad de que me extirpasen el útero
(histerectomía), tal como me hicieron ocho meses más tarde"
"Nadie me dijo nunca que viviría con esta
decisión durante el resto de mi vida. Han pasado varios años pero mi pena
continua."
- - - - — - - - - - - - - -
Para saber más:
1. El
índice de muerte materna vinculado al aborto es 2,95 veces más elevado que el
de embarazos que llegan al parto en la población de mujeres de Finlandia entre
los 15 y los 49 años de edad. Investigación realizada en el Centro Nacional de
Investigación y Desarrollo para el Bienestar y la Salud de Finlandia, que
concluyó que el embarazo contribuye a la salud de las mujeres (Am J Ob Gyn.
2004, 190:422-427).
2. Las mujeres que se habían practicado
abortos tuvieron un índice de mortalidad casi el doble de las controles en los
siguientes dos años, persistiendo incrementado el índice de muerte durante por
lo menos ocho años. (Reardon DC, Ney PG, Scheuren F, Cougle J, Coleman PK,
Strahan TW. Deaths associated with pregnancy outcome: a record linkage study of
low income women. South Med J. 2002, 95:834-41).
3. Mortalidad de 1,1/100.000 mujeres que
abortaron a las 12 semanas de gestación, investigación realizada por
Gynecologie-obstetrique et biologie de la reproduction, Universite Paris V (Rev
Prat. 1995, 45:2361-9).
4. Perforación asociada al aborto provocado
hasta un 1,2% de los casos. Realizado por el mismo grupo francés anterior (Rev
Prat. 1995, 45:2361-9).
5. Trombosis de la vena ovárica con
presentación atípica, de Washington University/Barnes-Jewish Hospital, St.
Louis, Missouri, USA (Obstet Gynecol. 2000 Nov;96:828-30).
6. El
aborto provocado o espontáneo no produce cáncer de mama según los mejores
estudios hasta la fecha, pero está claro que la decisión de retrasar el
embarazo tiene consecuentemente una pérdida de la protección que aporta éste,
con un riesgo neto mayor aumentado, investigación de la University of North
Carolina, USA (Lancet 2004, 363: 1007; Obstet Gynecol Surv. 2003
Jan;58(1):67-79. Review).
7. El
aborto provocado por aspiración produce un riesgo aumentado de pérdida del hijo
en el siguiente embarazo, resultados de Shangai Institute of Planned Parenthood
Research, China (Int J Epidemiol. 2003, 32:449-54).
8.
Tras un aborto provocado (curetaje), el riesgo de placenta previa en el
siguiente embarazo y parto prematuro, con posible aborto espontáneo, se
presentó en 3 mujeres de cada 4 con historia de aborto, OR 2,9, (95% IC
1,0-8,5), resultados del Fred Hutchinson Cancer Research Center, Division of
Public Health Sciences, Seattle, WA, USA (Int J Gynaecol Obstet. 2003,
81:191-8). Esto se había probado ya anteriormente en un estudio de la
Universidad de Medicina de New Jersey OR 1,7 (95% IC 1,0-2,9) (Am J Obstet
Gynecol. 1997, 177:1071-1078).
9. En este sentido, las mujeres con
antecedente de aborto provocado tuvieron un riesgo mayor de presentar un recién
nacido altamente prematuro que aquéllas sin este antecedente (3 de cada 5
mujeres con historia de aborto provocado presentaron parto gravemente
prematuro; OR + 1.5, 95% CI 1.1-2.0) (Bjog. 2005, 112:430-437).
10.
Sánchez Durán en un estudio revisión español publicado en la revista
JANO en el 2000 (número 1349) resume las principales complicaciones de las que
hay que informar a las mujeres en la interrupción voluntaria del embarazo de
primer trimestre. Las complicaciones inmediatas son desgarros cervicales,
perforación uterina, sangrado y persistencia de restos del embrión dentro del
útero. Las complicaciones tardías son las adherencias o sinequias uterinas, las
cicatrices e incompetencia cervical, que producen parto prematuro y aumento del riego de
pérdida del siguiente hijo.
11. El
aborto provocado aumenta los riesgos de alteraciones en el estado del ánimo
(depresión y autolesión), enmarcadas en el síndrome post-aborto, un estudio de
University of North Carolina, USA (Obstet Gynecol Surv. 2003, 58:67-79).
12. Las
mujeres que han sufrido un aborto provocado padecen un síndrome de estrés
generalizado con un 30% más de probabilidad que las que han llevado adelante su
embarazo no deseado. Resultados de Jesse R. Cougle y colaboradores, publicado
en Journal of Anxiety Disorders 2005, 19:137-142.
13. El
aborto provocado puede tener secuelas psiquiátricas, difícilmente tratables e
irreversibles, independientemente de la actitud previa de la mujer hacia el
aborto (Melinda Tankard Reist, Giving Sorrow Words: Women´s Stories of Grief
After Abortion, Sydney, Duffy & Snellgrove 2000).
14. El
aborto provocado por malformación fetal tiene secuelas igual de graves que la
pérdida de un hijo sano, y la interrupción voluntaria del embarazo en este
supuesto causa aislamiento social y depresión. Son los resultados de un estudio
noruego y otro alemán del Klinik und Poliklinik fur Psychiatrie und
Psychotherapie (Ultrasound Obstet Gynecol. 1997, 9:80-85; Zentralbl Gynakol.
2001, 123:37-41).
15. Se
han descrito alteraciones en las relaciones sexuales y el deseo sexual de
numerosas mujeres que abortaron voluntariamente en varios estudios europeos de
la Universidad de Ginebra y de Polonia (Gynecol Obstet Invest. 2002, 53:48-53;
Pieleg Polozna. 1988, 5:7-9 contd).
Publicado en la Hoja del lunes de Alicante el 15 de diciembre de 2025.