miércoles, 12 de noviembre de 2025

"SÍNDROME POST-ABORTO"

 

La Asociación de Abogados Católicos ha denunciado ante la Fiscalía a la ministra de sanidad por haber negado que exista un “síndrome post-aborto”, algo que les parece inadmisible en una persona con formación médica, como es la denunciada.

 Eso mismo debería hacernos recapacitar sobre lo acertado de la expresión “síndrome post-aborto”. Lo primero que hay que decir es que, en Medicina, se llama síndrome al conjunto de síntomas que aparecen unidos y caracterizan a una enfermedad. En el caso del aborto, las secuelas, de diversa especie, no constituyen un conjunto definido ni aparecen siempre unidas, por lo que, en rigor, no se puede hablar de “síndrome post-aborto”, que es lo que dice nuestra ministra.

 Pero es una forma de reserva mental, una forma de jugar al escondite. Porque nadie puede negar la existencia de secuelas derivadas del aborto provocado sin exponerse al bochorno. La propaganda pro-abortista continuamente proclama que el aborto legal es médicamente "seguro", y que es necesario legalizarlo o despenalizarlo debido a la gran cantidad de muertes maternas causadas por el aborto ilegal. Pero la realidad es que el aborto provocado, legal o ilegal, daña física y psicológicamente a la mujer, y puede acarrearle la muerte. Es verdad que algunas publicaciones niegan la aparición de estas secuelas, pero los trabajos que tienen muestras más amplias, y que siguen el historial de esas mujeres durante más tiempo, todos ellos coinciden en que las secuelas que sufren las mujeres tras el aborto son objetivas y múltiples.

 Entre las secuelas físicas del aborto en la mujer están las infecciones, las hemorragias, las complicaciones debido a la anestesia, las embolias pulmonares o del líquido amniótico, así como las perforaciones, laceraciones o desgarros del útero. Estadísticamente hablando, se estima que el riesgo inmediato de dichas complicaciones es de un 10%, pero el de las complicaciones a largo plazo es entre el 20 y el 50%.

 Más insidiosas son las secuelas psicológicas, que incluyen sentimientos de culpa, angustia, ansiedad, depresión, baja autoestima, insomnio, diversos tipos de neurosis y de psicosis, tendencia al suicidio, pesadillas en las que aparecen los restos del bebé abortado, recuerdos dolorosos en la fecha en que hubiera nacido, etc. La Real Academia de Obstetricia de Inglaterra ha informado de que las probabilidades de problemas psiquiátricos graves y permanentes después de un aborto provocado pueden alcanzar hasta el 59% de las madres en un largo plazo.

 Cada año, más de un millón y medio de mujeres se practican abortos. Eso significa que más de 4.000 niños aún no nacidos son matados legalmente cada día. Para muchas, el aborto parece ser la decisión correcta en el momento. Pero a estas mujeres casi nunca se les cuenta los posibles efectos físicos y psicológicos que pueden arrastrar como secuela para el resto de sus vidas.

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 "El médico me dijo que sólo había que inyectar un poco de líquido, que sentiría unos y que después expulsaría el feto. No fue así. Sentí a mi niña moverse de aquí para allá durante hora y media, el tiempo en que tardó en fallecer. Tuve un parto difícil durante más de 12 horas y yo misma di a luz a mi hija. Era hermosa, tenía cinco meses y medio... pero estaba muerta".

 "Mi médico no me contó que podría tener una abundante hemorragia y una infección que me podría durar semanas, como así fue. Tampoco me dijo nada sobre la posibilidad de que me extirpasen el útero (histerectomía), tal como me hicieron ocho meses más tarde"

 "Nadie me dijo nunca que viviría con esta decisión durante el resto de mi vida. Han pasado varios años pero mi pena continua."

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 Para saber más:

 1.    El índice de muerte materna vinculado al aborto es 2,95 veces más elevado que el de embarazos que llegan al parto en la población de mujeres de Finlandia entre los 15 y los 49 años de edad. Investigación realizada en el Centro Nacional de Investigación y Desarrollo para el Bienestar y la Salud de Finlandia, que concluyó que el embarazo contribuye a la salud de las mujeres (Am J Ob Gyn. 2004, 190:422-427).

  2.    Las mujeres que se habían practicado abortos tuvieron un índice de mortalidad casi el doble de las controles en los siguientes dos años, persistiendo incrementado el índice de muerte durante por lo menos ocho años. (Reardon DC, Ney PG, Scheuren F, Cougle J, Coleman PK, Strahan TW. Deaths associated with pregnancy outcome: a record linkage study of low income women. South Med J. 2002, 95:834-41).

  3.    Mortalidad de 1,1/100.000 mujeres que abortaron a las 12 semanas de gestación, investigación realizada por Gynecologie-obstetrique et biologie de la reproduction, Universite Paris V (Rev Prat. 1995, 45:2361-9).

  4.    Perforación asociada al aborto provocado hasta un 1,2% de los casos. Realizado por el mismo grupo francés anterior (Rev Prat. 1995, 45:2361-9).

 5. Trombosis de la vena ovárica con presentación atípica, de Washington University/Barnes-Jewish Hospital, St. Louis, Missouri, USA (Obstet Gynecol. 2000 Nov;96:828-30).

 6.    El aborto provocado o espontáneo no produce cáncer de mama según los mejores estudios hasta la fecha, pero está claro que la decisión de retrasar el embarazo tiene consecuentemente una pérdida de la protección que aporta éste, con un riesgo neto mayor aumentado, investigación de la University of North Carolina, USA (Lancet 2004, 363: 1007; Obstet Gynecol Surv. 2003 Jan;58(1):67-79. Review).

 7.    El aborto provocado por aspiración produce un riesgo aumentado de pérdida del hijo en el siguiente embarazo, resultados de Shangai Institute of Planned Parenthood Research, China (Int J Epidemiol. 2003, 32:449-54).

 8.    Tras un aborto provocado (curetaje), el riesgo de placenta previa en el siguiente embarazo y parto prematuro, con posible aborto espontáneo, se presentó en 3 mujeres de cada 4 con historia de aborto, OR 2,9, (95% IC 1,0-8,5), resultados del Fred Hutchinson Cancer Research Center, Division of Public Health Sciences, Seattle, WA, USA (Int J Gynaecol Obstet. 2003, 81:191-8). Esto se había probado ya anteriormente en un estudio de la Universidad de Medicina de New Jersey OR 1,7 (95% IC 1,0-2,9) (Am J Obstet Gynecol. 1997, 177:1071-1078).

  9.    En este sentido, las mujeres con antecedente de aborto provocado tuvieron un riesgo mayor de presentar un recién nacido altamente prematuro que aquéllas sin este antecedente (3 de cada 5 mujeres con historia de aborto provocado presentaron parto gravemente prematuro; OR + 1.5, 95% CI 1.1-2.0) (Bjog. 2005, 112:430-437).

 10.  Sánchez Durán en un estudio revisión español publicado en la revista JANO en el 2000 (número 1349) resume las principales complicaciones de las que hay que informar a las mujeres en la interrupción voluntaria del embarazo de primer trimestre. Las complicaciones inmediatas son desgarros cervicales, perforación uterina, sangrado y persistencia de restos del embrión dentro del útero. Las complicaciones tardías son las adherencias o sinequias uterinas, las cicatrices e incompetencia cervical, que producen parto prematuro y aumento del riego de pérdida del siguiente hijo.

 11.  El aborto provocado aumenta los riesgos de alteraciones en el estado del ánimo (depresión y autolesión), enmarcadas en el síndrome post-aborto, un estudio de University of North Carolina, USA (Obstet Gynecol Surv. 2003, 58:67-79).

 12.  Las mujeres que han sufrido un aborto provocado padecen un síndrome de estrés generalizado con un 30% más de probabilidad que las que han llevado adelante su embarazo no deseado. Resultados de Jesse R. Cougle y colaboradores, publicado en Journal of Anxiety Disorders 2005, 19:137-142.

 13.  El aborto provocado puede tener secuelas psiquiátricas, difícilmente tratables e irreversibles, independientemente de la actitud previa de la mujer hacia el aborto (Melinda Tankard Reist, Giving Sorrow Words: Women´s Stories of Grief After Abortion, Sydney, Duffy & Snellgrove 2000).

 14.  El aborto provocado por malformación fetal tiene secuelas igual de graves que la pérdida de un hijo sano, y la interrupción voluntaria del embarazo en este supuesto causa aislamiento social y depresión. Son los resultados de un estudio noruego y otro alemán del Klinik und Poliklinik fur Psychiatrie und Psychotherapie (Ultrasound Obstet Gynecol. 1997, 9:80-85; Zentralbl Gynakol. 2001, 123:37-41).

 15.  Se han descrito alteraciones en las relaciones sexuales y el deseo sexual de numerosas mujeres que abortaron voluntariamente en varios estudios europeos de la Universidad de Ginebra y de Polonia (Gynecol Obstet Invest. 2002, 53:48-53; Pieleg Polozna. 1988, 5:7-9 contd).

 Publicado en la Hoja del lunes de Alicante el 15 de diciembre de 2025.