"La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero. Agamenón: -Conforme. El porquero: -No me convence." (Antonio Machado: "Juan de Mairena" )
jueves, 22 de diciembre de 2011
DIOS A FAVOR
miércoles, 30 de noviembre de 2011
EL SUEÑO DE LA RAZÓN
Por razones puramente biológicas que son largas de explicar, pero que hunden sus raíces en las primeras semanas de vida embrionaria, los cerebros –y las mentes- del hombre y de la mujer son distintos, y tienen sensibilidades y tendencias distintas. El hombre y la mujer son formas diferentes de vida humana, y ninguna de ellas se puede reducir a la otra: cada uno tiene sus aptitudes y sus talentos; sus disposiciones, sus valores y su forma de ver el mundo que les son propios. Eso es justamente lo que hace que las relaciones mutuas estén teñidas de una tensión, de una expectación, de una incertidumbre, que no se dan cuando esa relación tiene lugar entre personas del mismo sexo, y que hacen posible la ilusión, esa sonrisa de la que nos habla Diego Urbina y que está en el origen del amor.
miércoles, 2 de noviembre de 2011
LAS VERDES PRADERAS
jueves, 6 de octubre de 2011
AL PAN, TRUS, Y, AL VINO, FROLO
martes, 20 de septiembre de 2011
LA MEMORIA ESTÁ EN LOS BESOS
domingo, 21 de agosto de 2011
SIEMPRE ES NUEVO EL AMOR
viernes, 12 de agosto de 2011
SAMPEDRO Y EL PAPA
lunes, 1 de agosto de 2011
PERDONAR PARA PODER VIVIR
martes, 28 de junio de 2011
ESPIRITUAL, PERO NO RELIGIOSO
miércoles, 22 de junio de 2011
¿CUÁNDO CONSULTAR AL MÉDICO?
Acabamos de celebrar el Día Europeo del Melanoma, el cáncer de piel más agresivo y el tumor maligno más fácilmente detectable. Su incidencia se ha multiplicado por cuatro en los últimos 10 años, aunque su mortalidad no ha crecido a ese ritmo, en gran medida debido a los programas de divulgación entre la población general. La importancia de los hábitos protectores es decisiva, y eso tenemos que recordarlo también en invierno, porque la luz del sol es la misma todo el año.
Pero yo quiero ahora subrayar algunos aspectos del melanoma que ayudarían a reducir su mortalidad. Está bien -es vital- que nuestra forma de vida no nos exponga a un riesgo aumentado por desprotección frente la luz del sol, pero es también importante la detección precoz, y eso está mal entendido: en muchas ocasiones dejamos de prestar atención a nuestras manchas –todos tenemos muchas, se considera que una persona normal tiene hasta 20 manchas en su piel- y, así, se pasan por alto los signos de alarma, que podrían hacer que la intervención del médico fuera sencilla y suficiente. Y en otros muchos casos los programas de divulgación sólo consiguen sembrar el miedo indiscriminado, lo que es también fuente de problemas.
En este caso la virtud sí está en el medio: se trata de dar importancia a lo importante y de no dársela a lo que no lo es, y para eso la prevención debe incluir la enseñanza de los criterios que deben llevar a consultar al médico por una mancha, y a distinguirlas de las otras manchas que no deben preocuparnos. Y esos criterios, tantas veces repetidos, son muy sencillos de recordar:
A-B-C-D-E.
Asimetría: una mancha benigna suele tener forma simétrica; si es asimétrica puede tratarse de un melanoma: vaya al médico.
Bordes: los bordes de una mancha benigna suelen ser lisos, regulares; si es de contorno irregular puede tratarse de un melanoma: vaya al médico.
Color: el color de una mancha benigna suele ser homogéneo, similar en toda su superficie; si presenta áreas de diferente tonalidad puede tratarse de un melanoma: vaya al médico.
Diámetro: una mancha benigna no suele medir más de
Evolución: una mancha benigna no suele experimentar cambios; si la mancha ha cambiado de aspecto, o ha aparecido de nuevo, puede tratarse de un melanoma: vaya al médico.
Otra regla fácil de recordar: el patito feo. Acabamos de recordar que todas las personas tenemos numerosas manchas en la piel. Todas ellas son “hermanas”: la misma forma, el mismo color, el mismo aspecto general. Cuando aparece una que es diferente a las demás –más grande, más abultada, más coloreada, más abigarrada, o que pica, escuece,…en fin, una mancha más llamativa, lo que se dice “un patito feo”, puede tratarse de un melanoma: vaya al médico.
jueves, 5 de mayo de 2011
HABAS CONTADAS
Es ésta una cuestión sobre la que habría alguna cosa que decir, porque no es asunto que deba resultarnos ajeno. Lo primero que hay que decir es que no hay que perder la perspectiva: nos dicen los que saben de eso que el universo dio comienzo con una gran explosión que tuvo lugar hace aproximadamente quince mil millones de años. Diez mil millones de años más tarde –cuando ya habían transcurrido dos terceras partes de la historia del universo- se formó nuestro sistema solar, y hace sólo tres mil ochocientos millones de años surgió la vida en la tierra. Primero, en forma unicelular: los fósiles más antiguos que conocemos, denominados “estromatolitos”, y que quizá fueron formas primitivas de vida bacteriana –aunque algunos sabios lo discuten-, son de hace tres mil quinientos millones de años. La teoría de la evolución no trata de explicar el origen de la vida, sino sólo los cambios que han experimentado los seres vivos, y su ámbito se limita, por lo tanto, a la última cuarta parte de la historia del universo: es decir, explicar el origen del universo no entra en el horizonte del darwinismo. No hay, por tanto, oposición entre las ideas de la creación y de la evolución de las especies.
Entonces, ¿por qué se mantiene esa oposición? Pues porque el conflicto no estriba en aceptar o no la idea de creación, sino en que Darwin postula una línea de continuidad ininterrumpida desde las formas de vida más antiguas hasta las actuales y los que se llaman creacionistas pretenden introducir en esa línea puntos de discontinuidad en virtud de los cuales aparecería una especie “ex novo”, es decir, “de repente”, por aparición súbita en el escenario. Pero esta afirmación carece de fundamento científico. Lo más parecido a una aparición repentina es la explosión de formas de vida nuevas que tuvo lugar en el Cámbrico, hace entre 530 y 520 millones de años: en sólo 10 millones de años surgieron al menos 11 de los 20 phyla de metazoos, es decir, de organismos multicelulares, que conocemos. Eso quiere decir que en ese breve plazo aparecieron al menos once planes diferentes de organización corporal, dando lugar a sistemas de locomoción completamente nuevos y a multitud de formas predadoras diferentes que fueron a ocupar nichos ecológicos hasta entonces deshabitados. La razón no puede ser la adaptación al medio, pues tuvo lugar en un ambiente marino homogéneo y en el que no existía presión selectiva alguna. La razón de aquella explosión de formas de vida fue la mutación en los genes reguladores, que son los encargados de decidir dónde, cómo y cuándo han de ponerse en marcha los demás genes. Son lo que determinan que las extremidades surjan a los lados del cuerpo, y no en la línea media; que las extremidades resulten ser brazos y no piernas; que los dedos se formen después del brazo, y no al contrario. Esto hizo que, con los mismos colores de antes, se pintaran cuadros completamente nuevos y distintos entre sí. Ésa es la misión del genoma, ése es su papel: codificar un programa dinámico perfectamente establecido en el que, desde la primera división, se van produciendo, en cascada, cada uno en su momento exacto y en su lugar exacto, cada uno cuando toca, todos los pasos sucesivos hasta realizar el plan que estaba ya completo en la primera célula que tuvo ese genoma.
Esto es ciencia. Decidir que una fuerza exterior obligó a esa línea continua e ininterrumpida a dar un salto en el Cámbrico no solamente no es ciencia, sino que es lo contrario de ciencia. No es ciencia, porque el conocimiento científico no lo avala. Y es lo contrario de ciencia, porque lo que la ciencia dice es precisamente que hay una continuidad expresa en la que cada paso es la consecuencia del anterior y la causa del siguiente.
Y eso está tan firmemente asentado en la ciencia actual que sorprende oír a estas alturas que durante el desarrollo de la forma de vida que llamamos hombre esa continuidad se rompe, y en algún momento todavía no determinado tiene lugar un acontecimiento aún por aclarar que hace que lo que antes no era un ser humano ahora haya empezado a serlo. No hay nada en la ciencia que apoye esta pretensión: lo que la ciencia enseña es que la única innovación que se produce es la constitución del genoma. Todo lo que viene luego ya no es más que desplegamiento de lo que estaba plegado, desvelamiento de lo que estaba velado: habas contadas. Negarlo a estas alturas no es más que volver a un creacionismo injustificado, y, desde luego, algo completamente ajeno a la ciencia.
- - - - - - - - - - - - -
martes, 5 de abril de 2011
LA IMPORTANCIA DE ENSEÑAR
sábado, 26 de marzo de 2011
EN LA CELEBRACIÓN DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA VIDA
jueves, 3 de marzo de 2011
¿CÓMO PODEMOS ESTAR TAN CIEGOS?
jueves, 17 de febrero de 2011
NO ES ASUNTO MÍO
domingo, 30 de enero de 2011
A QUÉ LLAMAMOS SALUD SEXUAL
----------------------------
Bibliografía:
R.F.Carey, W.A.Herman, S.M.Retta, J.E.Rinaldi, B.A.Herman, T.W. Athey, Effectiveness of Latex Condoms as barrier to Human Immunodeficiency Virus-sized Particles Under Conditions of Simulates Use, Sexually Transmitted Diseases, 1992, 19, 230-234.
N. Hearst, MD, MPH; S.B. Hulley, MD, MPH . Preventing the Heterosexual Spread of AIDSAre We Giving Our Patients the Best Advice? JAMA. 1988;259(16):2428-2432
Kasun J. The War Against Population. San Francisco CA: Ignatius Press, 1988.
Rogers JL, Boruch RF, Stoms GB, et al. Impact of the Minnesota Prenatal Notification Law on Abortion and Birth. Am J Public Health 1991; 81: 294-298.
CDC. Condoms for Prevention of Sexually Transmitted Diseases. MMWR 1988; 37: 133-134.
National Recall Alert center. Recall warning Alert #842 (Condoms). March 26,1991 p.8.